La Comunidad Valenciana está situada al este de la Península Ibérica. Por este motivo tiene un clima mediterráneo, con inviernos suaves en la costa y fríos en el interior, primaveras y otoño suaves y veranos muy calurosos. En la comunidad aún existe una vegetación y fauna variada, que es muy importante preservar, cuidar y proteger.
En la Comunidad Valenciana predomina la vegetación típicamente mediterránea, formada por árboles y matorrales de hoja perenne. Sin embargo, la presencia de montañas en el interior permite distinguir dos grandes áreas de vegetación: las zonas montañosas del interior y las zonas costeras.
En la comunidad existe todavía una notable cantidad de animales salvajes. Pero la ocupación y transformación del territorio hacen que la vida de la mayoría de estas especies sea cada vez más difícil.
Existe un gran número de espacios naturales de gran interés, en los que se conserva la fauna y la vegetación, es decir, ecosistemas propios de la Comunidad Valenciana, se clasifican de la siguiente manera:
Humedales: Los Humedales de l’Albufera, El Prat de Cabanes-Torreblanca, el Marjal de Pego Oliva y las Lagunas de Mata-Torrevieja. Todos ellos son frecuentados por numerosas especies de aves acuáticas.
Islas: Las Islas Columbretes, que albergan una fauna muy variada. En las islas nidifican la gaviota común y el halcón de la reina.
Sierras de Litoral: Las sierras litorales d’Irta, Gelada, el Montgó y el Penyal d’Ifach, donde se conserva el carrascal, que ha desaparecido en otros lugares de la costa y sido sustituido por matorrales como el lentisco y el romero.
Sierras de interior: Las sierras de interior, como las de Espadà, Calderona, Mariola, Font Roja, el Desert de les Palmes o las Hoces de Cabriel, cubiertas por bosques mediterráneos. En estas tierras habitan numerosas especies de aves rapaces, como el azor o el águila calzada, y algunos mamíferos** como los conejos, las liebres y los ratones de campo.
Algunas de las especies que habitan en este territorio se encuentran en peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat o a la caza ilegal.
La contaminación de muchos de los ríos ha puesto en peligro las poblaciones de peces como el fartet, el samaruc y el espinoso.
En otros casos, la introducción de especies de otros lugares ha provocado la práctica desaparición de especies autóctonas. Es el caso del cangrejo de río, que ha sido desplazado por el cangrejo de río americano.
Algunas aves que habitan en las áreas húmedas, como la garcilla cangrejera, el avetoro y el porrón pardo, también se encuentran amenazadas.